Amor a Cristo y a la Iglesia y un compromiso infatigable con el anuncio del Evangelio

El pasado 29 de noviembre se presentó en Roma, en la Basílica de San Pablo Extramuros, la edición italiana del libro de la cofundadora del Camino Neocatecumenal titulado “Carmen Hernández. Notas biográficas”, obra del Prof. Aquilino Cayuela.

El libro reviste importancia porque cuenta la historia, etapa por etapa, de la vida de Carmen Hernández, y también porque el volumen sirvió para la apertura de la fase diocesana de la causa de beatificación y canonización, que se inició en Madrid el pasado mes de julio.

Carmen Hernández, nacida en España en 1930, estuvo motivada desde muy joven por el deseo de dedicar su vida a la misión. Conoció a Kiko Argüello en 1964 mientras trabajaba con los marginados en las chabolas de la periferia de Madrid. En medio de los pobres, ambos descubrieron la fuerza del Misterio Pascual y la predicación del Kerigma (la Buena Nueva de Cristo muerto y resucitado) que dio origen a una primera comunidad cuya vida, basada en la Palabra de Dios, la comunión fraterna y la liturgia, respondía plenamente a los elementos de renovación indicados en los documentos del Concilio Vaticano II.

Especialmente con el aliento y el apoyo paternal de Mons. Casimiro Morcillo González, por aquel entonces arzobispo de Madrid, Carmen abandonó su intención de fundar un instituto religioso misionero y comenzó a trabajar a tiempo completo con Kiko, llevando a las parroquias - primero en Madrid, luego en Roma y desde entonces a otras ciudades y naciones - esta obra de renovación de la Iglesia, este carisma que el papa Francisco ha calificado como “un gran don de Dios para la Iglesia de nuestro tiempo”.

Al acto asistió una delegación del Dicasterio con el Subsecretario, Linda Ghisoni, y se leyó una carta del Prefecto, Card. Kevin Farrell, dirigida a Kiko Argüello, en la que el purpurado subrayaba la importancia de este volumen para “favorecer un conocimiento más profundo de la vida de Carmen, de su amor a Cristo y a la Iglesia y de su infatigable compromiso con el anuncio del Evangelio”.