Ad limina

Acompañar a las familias con paciencia y misericordia

La visita de los obispos de las Antillas
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El 17 de abril, nuestro Dicasterio recibió un nutrido grupo de obispos de las Antillas en su visita ad limina a Roma. La Conferencia episcopal de las Antillas (AEC) reúne a obispos de 24 territorios que conforman una compleja realidad política, cultural, religiosa, demográfica, geográfica, histórica y lingüística: las Antillas cuentan con una diversidad que también se refleja en la fisonomía y en la vida de las Iglesias caribeñas particulares. Por ejemplo, pasamos de países donde la población católica es una gran mayoría (por ejemplo, Guadalupe 83%, Martinica 82%) a otros en los que los católicos son una pequeña minoría (Islas Caimán, 3,6%, Jamaica 2, 7%).

A pesar de estas diferencias, los países se ven afectados por males comunes: la proliferación de las sectas, la secularización, la crisis de la familia, la disminución de las vocaciones, la preocupación por los jóvenes, las tensiones sociales, la pobreza, los cambios climáticos y sobre todo los estigmas, aún no completamente borrados, de la trata de esclavos.

Para enfrentar algunos de estos desafíos, la Iglesia en las Antillas ha desarrollado durante mucho tiempo una larga tradición de formación para los laicos, ofreciéndoles numerosos cursos que van desde la liturgia hasta la comunicación, pasando por la Biblia. En este sentido, cabe destacar el ambicioso plan pastoral decenal adoptado por la AEC (2016-2026), que tiene como objetivo la formación bíblica sistemática de laicos de todas las edades. Cada tres años los jóvenes están llamados a profundizar su fe, cimentándose en el estudio de un documento del Magisterio: este experimento demuestra ser muy útil para que se familiaricen con el pensamiento de la Iglesia.

Durante la reunión, la preocupación por las familias fue un tema central: a la luz de la exhortación Amoris Laetitia, los obispos reiteraron la importancia de la paciencia, la misericordia y el acompañamiento para caminar con las familias hacia el descubrimiento pleno de su llamado específico a la santidad. Reconocieron el valor de la preparación para el matrimonio y expresaron su deseo para que esto se convierta en un catecumenado para las parejas de novios. Finalmente, los obispos concluyeron recordando cómo, a pesar de su fragilidad, la peculiar realidad de la familia en el Caribe (“Caraibian Family System”), con su capacidad de recuperación y su carácter inclusivo, sigue siendo un punto fuerte y un signo de esperanza para toda la sociedad.

25 de abril de 2018