Dublín: Gabriella Gambino

Echar raíces danzando hacia el futuro

Hoy el matrimonio y la familia cristiana se ven desafiados en sus raíces, pero la conciencia de la identidad sacramental, la certeza de que están arraigados en Dios, empuja a los esposos cristianos a tomar fuerzas y a danzar hacia el futuro con esperanza
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Gabriella Gambino, subsecretaria del Dicasterio para los Laicos, Familia y Vida, moderó el panel 2 del viernes 24 de agosto, refiriéndose al capítulo 6 de Amoris Laetitia donde se invita a los esposos cristianos a continuar la danza del enamoramiento: “la danza hacia adelante con ese amor joven, la danza con esos ojos asombrados hacia la esperanza, no debe detenerse” (219). Ayudar a las parejas a vivir el matrimonio, desde el principio, como una vocación, destinada a abrazar todo el tiempo de la vida, es posible, "porque la familia es el lugar donde la fidelidad de Dios puede manifestarse con toda su fuerza y donde nosotros, a su vez, podemos ser fieles a Dios". El fundamento de la esperanza es "aprender a perdonarse desde los primeros años de matrimonio". Para vivir a este “nivel” se necesita también la colaboración de la Iglesia: si los pastores han de dar testimonio de su fe en el sacramento del matrimonio, juntos, esposos y pastores, "todos debemos ser conscientes de la necesidad de ser corresponsables del bien de la Iglesia, entendida como comunión de familias". La roca sobre la que hay que construir es el acto de fe en la indisolubilidad de nuestros matrimonios: "necesitamos ser sostenidos para vivir nuestra vida matrimonial con esperanza. Debemos ser capaces de danzar hacia el futuro, no con la ligereza de la ingenuidad y de la superficialidad, sino con la energía y la fuerza que vienen de saber que estamos unidos en Dios y por Dios para toda la vida" para dejar un signo de esperanza en el mundo.

24 de agosto de 2018