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A la vejez necesitamos inventarla

Mario Noguer
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Presentación Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida

“La riqueza de los años” 

Muy buenas tardes mi nombre es Mario Noguer Fernández soy Asistente Social y el Encargado Nacional de la Pastoral para las personas mayores en Chile, para iniciar la presentación quisiera partir diciendo que vengo de Chile un país lejano, que en el último tiempo se ha visto convulsionado y dentro de las demandas de los movimientos sociales aparece como uno de los principales temas las pensiones de las personas mayores; creo ser el único chileno presente en este primer Congreso Internacional de las personas mayores, lo que representa una gran responsabilidad, lo primero que quiero decirles es que el trabajo que desarrollamos desde la Pastoral de las personas mayores se origina en la década de los años 70, en esas fechas están los primeros registros de los inicios del trabajo con ancianos que se acercaron a las parroquias en búsqueda de un espacio de acogida y participación, por lo que Caritas Chile es la primera institución que promueve el trabajo con las personas mayores a nivel nacional, en el año 2004 recibe el mandato de la Conferencia Episcopal de Chile de coordinar a nivel nacional el trabajo con las diócesis del país, lo que demuestra la preocupación de la Iglesia por las personas mayores.

Chile es un país donde las personas mayores viven situaciones de pobreza, exclusión y abandono, discriminación, prejuicios y violencia, para mejorar estas condiciones trabajamos  en la organización de los propios mayores para exigir al Estado tome las acciones necesarias para mejorar estas situaciones que están vulnerando los derechos y la dignidad de los mayores. Por esto la sociedad y el Estado Chileno poseen una gran deuda con este grupo etareo, es el propio Estado el que debe buscar los mecanismos para mejorar las condiciones de quienes sufren en mi país, para eso es fundamental contar con una sociedad organizada que pueda presionar al Estado para actuar con rapidez en la búsqueda de soluciones, no hay que olvidar que en Chile quienes ejercen el derecho al voto son los mayores, actualmente es el grupo que más concurre a sufragar y la mayoría de los políticos ya se dieron cuenta; por lo que la organización es la respuesta a la cultura del descarte y la exclusión.  

El Papa san Juan Pablo II en una carta enviada al presidente de la II Asamblea Mundial sobre envejecimiento Madrid 2002 realiza algunas sugerencias que pueden ayudar a entender o pensar en cómo podemos reinventar la vejez, creo que para poder hacer esto debemos tener primero que nada un cambio de mirada sobre la vejez, tenemos que entender que el envejecimiento es parte del ciclo vital de los seres humanos y no solo algo que sucede desde los 60 años de edad en adelante, con esto quiero decir que el tema del envejecimiento es algo que compete a todas las generaciones y no solo a quienes envejecen. San Juan Pablo II en su carta nos plantea a los mayores como custodios de la memoria colectiva, ellos son quienes representan nuestro pasado y nuestro presente, nosotros somos producto del esfuerzo y del trabajo que nuestros mayores realizaron y transmiten la experiencia y el conocimiento que las nuevas generaciones tenemos que considerar. La otra idea que nos plantea es que seamos capaces de trabajar las relaciones entre las generaciones, pensar o reinventar la vejez requiere que podamos trabajar en conjunto, pensar esta pastoral dentro de una pastoral orgánica como parte y no aparte, dentro de un trabajo junto a otras pastorales, también nos plantea que el valor económico no es el único ni el más importante, sin duda es muy interesante este concepto ya que en nuestra sociedad muchas veces ponemos por delante de cualquier cosa el valor económico como centro y nos olvidamos del valor de la gratuidad, las personas mayores en la actualidad son quienes mantienen muchas de las acciones de la Iglesia, yo crecí en una Iglesia que me enseño que el futuro de ella son los jóvenes, quienes son muy importantes para nuestra sociedad, pero hoy podemos demostrar que el futuro de la Iglesia son las personas mayores. Solo debemos mirar una Eucaristía y darnos cuenta que el porcentaje de mayores es cercano al 90%, son ellos nuestros agentes pastorales en muchas parroquias, son los voluntarios, los que recolectan el 1%, los que nos entregan información relevante cuando nos toca vivir una catástrofe natural, ya que conocen la historia y lo que sucedió en anteriores situaciones, entonces todo lo que acumulan y entregan a través de su servicio si tuviéramos que valorarlo, sería de muchos recursos disponibles y no desde lo económico. La última idea  que nos plantea es crear una sociedad inclusiva desde el principio de la solidaridad, actualmente las personas mayores se encuentran en búsqueda del sentido de la vida y sería interesante trabajar con ellos a partir de los 60 o 65 años un nuevo proyecto de vida vinculado a la solidaridad y el amor al prójimo, una sociedad inclusiva desde la solidaridad es lo que muchos de ellos buscan, necesitan darle un sentido a esta parte de la vida y tenemos en ellos un  tremendo potencial. Recuerdo una experiencia con un sacerdote en una diócesis que había vivido un terremoto, él nos planteó que el único problema en la parroquia era que tenía solo viejos y nosotros le preguntamos que esto podría en realidad ser una oportunidad, con esto quiero demostrar que en general existe una imagen negativa de la vejez y eso es algo que tenemos que cambiar para reinventar la vejez.

El Papa Francisco también nos orienta de forma interesante cuando nos habla de la cultura del descarte: “La economía se mueve por el afán de tener más y, paradójicamente, se alimenta una cultura del descarte. Se descarta a los jóvenes cuando se limita la natalidad. También se descarta a los ancianos porque ya no sirven, no producen, es clase pasiva…” Con esto nuevamente se demuestra cómo se mira la vejez, desde una lógica de producir y no se considera los aportes que los mayores continúan realizando al resto de la sociedad, pareciera ser que la mayoría de la sociedad no ve o no considera el aporte que ellos continúan realizando, es necesario volver a mirar con otros ojos lo que pensamos sobre la vejez y rescatar la entrega de la que soy testigo presencial, en los mayores es donde veo reflejado con mayor profundidad el amor al prójimo, ya que son ellos mismos quienes se encargan de ayudar al que necesita ser escuchado, acompañado o abrazado.

En Chile los niveles de envejecimiento son muy altos, hoy representan aproximadamente el 17% de la población del país y con claridad superaron los cálculos estadísticos proyectados, la tasa de natalidad disminuyo sustancialmente y la esperanza de vida en promedio entre hombres y mujeres es de 79 años, entendiendo que la mujer vive más años y muchas veces en  peores condiciones de salud y económicas.

Frente a esta realidad ¿Qué sería la pastoral de las personas mayores en Chile?

La definimos como el servicio que la Iglesia Católica desarrolla con, para y desde las personas mayores para promover el reconocimiento de su  Dignidad de Personas, hijos e hijas de Dios y sus derechos como tales, a través de la generación de espacios para  el desarrollo personal y la espiritualidad, la construcción de una imagen social positiva de la vejez y el envejecimiento, el fortalecimiento de  su activa participación social  como protagonistas de su desarrollo y la valoración de su aporte a la Iglesia, la Familia y la Sociedad.

Para desarrollar esto trabajamos en las siguientes líneas de acción:

  • Apoyamos la formación y funcionamiento de la organización de personas mayores, tanto de grupos de origen eclesial como de la sociedad civil, en esta línea creemos necesario trabajar en conjunto con personas mayores de la sociedad civil, de esta forma podemos desarrollar acciones en conjunto para influir en las autoridades del Estado para mejorar las condiciones de quienes se encuentran en peores circunstancias.
  • Promovemos una imagen positiva de la vejez y del buen trato a través de campañas y el concurso literario para personas mayores, entendemos el buen trato como un ejercicio cotidiano y no solo como la conmemoración de un  día en el año, por lo que realizamos campañas a través de distintos medios de comunicación para tomar conciencia de cómo tratamos a nuestros mayores. A través del concurso literario para personas mayores “Líneas de Vida” que es una iniciativa que abre las puertas a los mayores para soñar, amar, vivir y enfrentar su mundo interior con toda la pasión a través del rescate de sus escritos y poesías. Uno de los principales objetivos de éste es fomentar la creatividad. A través de esta iniciativa, se trabaja para cambiar la imagen negativa de la vejez valorizando el aporte de las personas mayores a través del rescate de sus escritos en forma de narraciones de cuentos, historias y poesías, como una contribución a las nuevas generaciones.
  • Promovemos la formación y capacitación de adultos mayores a través de nuestro programa de formación “El Buen Envejecer, elementos desde la gerontología social”. Es necesario que las personas mayores se preocupen por conocer y entender los asuntos que los afectan, las cosas que les preocupan, los hechos que pasan y ocurren en nuestra sociedad. El no estar informados, el mantenernos ajenos a la realidad o apáticos frente a los hechos, sucesos, da lugar a que las autoridades nos traten y consideren como ellos quieran, por eso formarnos, tener una opinión sobre los temas que nos afectan nos permite actuar según nuestras ideas, valores y convicciones, construir seguridades alternativas como redes, para ir creando un nuevo tejido social de solidaridad y ayuda que se contraponga con la cultura del descarte tal como nos invita el Papa Francisco, donde las personas mayores aparecen como descartados porque ya no sirven, no producen, es clase pasiva, El Papa san Juan Pablo II fue claro ante la Unión de Movimientos Interdiocesanos de Personas Mayores en Italia en 1984: “Vosotros no sois, ni debéis sentiros al margen de la vida de la Iglesia, elementos pasivos en un mundo en excesivo movimiento, sino sujetos activos de un periodo humano y espiritualmente fecundo de la existencia humana. Vosotros tenéis una misión que cumplir. Vosotros tenéis una aportación que dar”. Y el Compendio de Doctrina Social de la Iglesia en el número N°191, nos dice: “La superación de los obstáculos culturales, jurídicos y sociales que con frecuencia se interponen, como verdaderas barreras, a la participación solidaria de los ciudadanos en los destinos de la propia comunidad, requiere una obra informativa y educativa”. El Papa Francisco ha hecho un fuerte llamado a terminar con la "cultura del descarte", dentro de la cual, los Adultos Mayores aparecen como un grupo abandonado, desechado, sobrante, maltratado por la sociedad. Desde esta reflexión nos interpela a caminar desde la formación como posibilidad de conocer, aprender y reflexionar para cambiar la cultura del descarte por una cultura de la solidaridad, tal como Jesús invita a Nicodemo a nacer de nuevo a pesar de ser viejo a través del Espíritu Santo.
  • Generamos espacios de reflexión e intercambio con otros organismos nacionales e internacionales, participamos en instancias del Estado como el Comité Consultivo del Servicio Nacional del Adulto Mayor Senama, como una forma de dar a conocer el trabajo desarrollado desde la Iglesia en el ámbito de las personas mayores, también fuimos invitados por la primera Dama de la República a participar del Consejo Ciudadano para mayores donde participan los actores de la sociedad civil que desarrollan trabajo con mayores, distintas organizaciones no gubernamentales, agrupaciones y asociaciones de personas mayores para hacer propuestas a las políticas públicas que se elaboran para este grupo de la población, además de participar en encuentros Latino Americanos y del Caribe sobre la evaluación del plan mundial de Madrid 2002 y el seguimiento a los acuerdos asumidos por los Estados partes.

Para ir concluyendo la presentación solo queda insistir en algunos puntos que nos permitan reinventar la vejez, lo primero es que debemos cambiar la mirada sobre la vejez, eso es fundamental para poder entender que las personas mayores continúan aportando a nuestra sociedad, a nuestros países, nuestras familias y a nuestra Iglesia. “En la vejez seguirá dando frutos, se mantendrá lozano y frondoso, para proclamar qué justo es el Señor, mi roca, en quien no existe la maldad” (Sal 92, 15-16)   

Las personas mayores son un aporte a nuestras familias y comunidades, ellos son a quienes les debemos respeto ya que somos lo que somos gracias al esfuerzo y el trabajo que ellos realizaron, nuestra historia, lo que somos hoy, es lo que ellos pudieron hacer y entregarnos. Una de las razones de la longevidad de acuerdo a un reportaje de la Televisión chilena en la isla de Cerdeña, menciona tres elementos uno es la actividad física como fundamental, el tipo de alimentación y el ultimo es el sentido que tiene esa persona para la comunidad como un elemento muy importante, por lo que nuestras comunidades parroquiales son un elemento de encuentro y búsqueda de sentido para muchas personas mayores.

El trabajo con las personas mayores hay que considerarlo de una manera orgánica, no como acciones aparte del resto de la pastoral, sino como una acción en relación con las distintas pastorales que se desarrollan en cada una de nuestras diócesis, dándole un sentido de trabajo conjunto.

En el trabajo que desarrollamos uno de los aspectos más profundos que veo reflejado en las distintas acciones que me toca ver en Chile es el amor al prójimo, cada uno de ellos actúa solidariamente y con un profundo espíritu de solidaridad, apoyándose, acompañando a quienes se encuentran con dificultades, trabajando por otros y aportando en la construcción de la sociedad.

Lo último es  que esta pastoral de las personas mayores se define como una pastoral del abrazo, de la comunión, de la acogida, escucha y acompañamiento. Las personas mayores en la vejez seguirán dando frutos, necesitamos valorar, reconocer sus aportes y desarrollar una sociedad para todas las edades.

Muchas gracias.

Mario Noguer Fernández

30 gennaio 2020