Familia

Nuevos escenarios educativos para acompañar a los niños de hoy

Ponencia de la Subsecretaria Gabriella Gambino en el Encuentro Nacional de Pastoral Familiar de Colombia

 

“La Iglesia sostiene la misión educativa de la familia” es el tema del Encuentro Nacional de Pastoral Familiar que tuvo lugar en Colombia donde, del 19 al 21 de octubre, laicos y pastores se reunieron para reflexionar sobre cómo continuar el intenso camino de renovación de la preparación al matrimonio que se inició el año pasado, a raíz de la publicación del documento del Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida: 'Itinerarios catecumenales para la vida matrimonial'. Después de un período de estudio del Documento y de su difusión en todas las diócesis, la pastoral familiar colombiana se ocupa ahora de planificar la fase pre-catecumenal de la “preparación remota” (cf. Itinerarios, nn. 27-36), que se dirige a los niños y adolescentes, con sus familias, mediante estrategias pastorales y educativas capaces de “preparar el terreno” para un posterior anuncio a los hijos de su vocación al matrimonio.

Transmitir a los niños el aprecio por los valores humanos para abrir su corazón a Dios y al prójimo

“Preparar el terreno” para la vocación significa transmitir a los niños el aprecio por los valores humanos, por aquellos valores que pertenecen a la persona humana y cuyo conocimiento permite a cada uno abrir su corazón a Dios y al prójimo. Por eso, hacer que los más pequeños sean capaces de descubrir la importancia de estos valores es el primer paso para acercarles a una fe que se vive también en la relación con los demás, en el respeto de uno mismo y de cada persona.

Con un mensaje de apertura, la Prof. Gabriella Gambino, Subsecretaria del Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida, llamó por tanto la atención sobre la importancia de la educación en la familia de aquellos valores objetivos que guían el camino y las elecciones de cada persona. “Hay un ‘falso mito’, -subrayó- que parece haber afectado al proceso educativo contemporáneo, y lo constatamos en muchas culturas y países del mundo: la idea de que la educación, para ser auténtica y generar sujetos libres, debe ser totalmente aséptica y neutral”. Esta actitud por parte de los adultos provoca desorientación en los jóvenes que, al no encontrar en padres y educadores guías seguros para aprender a discernir, se encuentran con una idea de libertad desvinculada de cualquier valor -salvo el del interés subjetivo inmediato- incapaz de mantener el rumbo hacia una meta de bien y felicidad.

Contrarrestar la “primacía de la indiferencia” en la educación de los más pequeños

Es, por tanto, necesario y urgente contrarrestar esta “primacía de la indiferencia”, como la definió el Papa Francisco, y en este sentido, la Prof. Gambino recordó la enseñanza de San Juan Pablo II y la “visión integral de la persona: su valor único e insustituible, su ser siempre en relación con Dios y con los demás, su ser amado por el Padre por sí quien es”. La acción educativa resultante conjuga educación, fe y moral; vuelve a proponer ciertos valores como ineludibles, porque pertenecen al hombre como tal, y hace necesario pensar en “nuevos escenarios educativos”, acompañar a las familias y a los educadores para que adquieran nuevas competencias relacionales y lenguajes adecuados para comprender a los jóvenes de hoy. Familias y comunidades cristianas, juntas, podrán así ayudar a los jóvenes a “saber distinguir, a saber escuchar y responder a la propuesta de Amor que Dios hace a cada uno de ellos para poder decir sí a su vocación”.

23 de octubre de 2023