Paraguay

Los obispos y la apuesta por los jóvenes

La formación para las nuevas generaciones y para la familia son el centro de la atención pastoral en las iglesias del país latinoamericano.
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Los jóvenes son la clave para combatir los flagelos sociales de Paraguay. Los obispos del país latinoamericano están convencidos de ello y por eso han apostado por los jóvenes promoviendo un plan de formación de tres años. Este plan fue anunciado el año pasado en el Santuario Mariano de Caacupé. Se trata de un programa de formación y actividades que, por un lado, tiene como objetivo hacer crecer a los jóvenes de las parroquias y movimientos para que se conviertan en adultos comprometidos y maduros, y que, al mismo tiempo, ayudan a combatir los flagelos sociales del Paraguay para que éste sea un país más honesto y solidario.

Los obispos de las quince circunscripciones eclesiásticas del país, que viajaron a Roma para la visita a la cátedra de Pedro, y que fueron recibidos por el Papa Francisco en la mañana del lunes 6 de noviembre, hicieron una parada, el martes por la tarde, en el Dicasterio para los Laicos, Familia y Vida. Mostraron la realidad de la Iglesia de su país, se trata de una realidad muy variada, donde se sienten los efectos de la secularización y se percibe cada vez más fuertemente la brecha entre la fe y la vida. Hay laicos muy comprometidos dentro de la Iglesia, pero su formación en el compromiso con los contextos sociales y políticos debe ser continuamente promovida y alentada. Un desafío que los obispos tratan de afrontar proporcionándoles formación bíblica, sobre el magisterio de los papas y la doctrina social de la Iglesia.

La mirada atenta de los obispos se dirige igualmente hacia la familia, otra prioridad de su solicitud pastoral. También a esta realidad se dedicó un intenso período de formación y actividad de tres años, que culminó con la visita del Santo Padre al país en 2015. Y los frutos comenzaron a cosecharse: hubo una mayor implicación de las familias en la vida de las Iglesias locales, signo importante en un país donde el porcentaje de matrimonios civiles es muy alto, en comparación con los sacramentales.

En lo que respecta a la formación al sacramento del matrimonio, los obispos también se valen de la ayuda de las asociaciones y movimientos que tienen a la familia en el corazón de su carisma. Así mismo, enfatizan con determinación que la preparación para la unión matrimonial comienza con el bautismo, y por lo tanto con la formación básica que sólo las familias, y a menudo las abuelas, pueden garantizar.

Después del trienio de las familias, fueron los propios jóvenes quienes propusieron un período similar de tres años para ellos, como lo explicó el vicepresidente de la Conferencia Episcopal del Paraguay, Monseñor Ricardo Valenzuela, en la video entrevista al final de la visita.
 

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08 de noviembre de 2017