DENOMINACIÓN OFICIAL
Comunità Missionaria di Villaregia
SIGLA
CMV
FUNDACIÓN
1981
HISTORIA
La CMV se originó en febrero de 1981 en Quartu Sant’Elena, en la Cerdeña, donde jóvenes hombres y mujeres, que se decidieron por el celibato, y matrimonios se unieron por el deseo de conocer y vivir la Palabra de Dios, de ponerse al servicio de los hermanos más pobres y de llevar una vida de amistad y comunión fraterna. Algunos meses más tarde, la naciente realidad fue acogida en el Véneto por el entonces obispo de Chioggia, Mons. Sennen Corrà,
de Chioggia (VE), erigiéndola como pía unión de culto y religión, al ver en ese primer grupo de jóvenes, llamados a una vida de radicalidad evangélica, la acción de Dios. En virtud del nuevo Código de Derecho Canónico, el 25 de marzo de 1984, Mons. Corrà constituyó la CMV como asociación de fieles de derecho diocesano. El 26 de mayo de 2002, el Consejo Pontificio para los Laicos decretó su erección como asociación internacional de fieles.
IDENTIDAD
La CMV tiene como objetivo lograr una vida intensa de comunión, cuya fuente y modelo es la Santísima Trinidad; quiere dedicarse totalmente a la misión ad gentes y vivir en confiado abandono a la divina Providencia. El proceso de formación de los miembros se desarrolla principalmente en comunidad y busca la asimilación del carisma; para los misioneros y las misioneras implica estudios teológicos y se completa en el apostolado. Cada centro de la CMV ofrece un itinerario estructurado de formación humana y cristiana, así como experiencias de oración y encuentro con la Palabra de Dios, de evangelización, servicio y cooperación misionera, de comunidad y amistad cristiana. La tarea de evangelización se vive en los países del primer anuncio y en las Iglesias jóvenes, donde la CMV asume parroquias y labores apostólicas, según su especificidad. En los países de la antigua cristiandad trabaja, en colaboración con las parroquias y las distintas organizaciones misioneras, para despertar y alimentar una eclesiología de comunión y una apertura a la misión universal de la Iglesia, a través de jornadas de animación comunitaria y misionera o fines de semana de evangelización para jóvenes, parejas y adultos; trabaja en las escuelas o con grupos de diversa índole, para colaborar en una educación que abarca todo el mundo y en la convivencia; en la promoción del voluntariado internacional. Además, en sinergia con otras realidades comprometidas con estos mismos servicios, trabaja al servicio de la acogida de los inmigrantes y en la proximidad de la pobreza local, incluso en los países de antigua cristiandad.
ESTRUCTURA
La Comunidad nació como una realidad con distintas vocaciones: laicos y clérigos, célibes y casados, unidos por un mismo carisma, una misma espiritualidad y un mismo deseo, es decir, de ser una comunidad para la misión ad gentes. La Comunidad está estructurada en diferentes núcleos en los que los miembros asumen los consejos evangélicos según su propio estado de vida.
Junto a ellos, como parte viva de la misma familia, están los miembros asociados. Se trata de personas que comparten los propósitos y la espiritualidad sin asumir vínculos jurídicos de pertenencia. Son familiares, voluntarios, amigos, benefactores, que colaboran en las actividades de la asociación y encuentran en ella un camino de formación cristiana, un espacio de servicio a la misión, un lugar en el que vivir una espiritualidad misionera trinitaria.
OBRAS
Reconociendo que la promoción humana es una dimensión fundamental de la evangelización, la CMV ha puesto en marcha, tanto en África como en América Latina, estructuras de desarrollo como: centros de acogida para niños en situación de riesgo; centros culturales para ofrecer a los jóvenes con dificultades económicas un lugar de formación; escuelas de alfabetización; centros médicos para la atención sanitaria de personas que no tienen acceso a los hospitales y para instruirlas en las diversas normas alimentarias e higiénicas; farmacias y comedores sociales; proyectos de promoción de la mujer y de los niños; actividades de microcrédito para la puesta en marcha de actividades laborales de apoyo a las familias. Gracias al compromiso de la Comunidad en las mismas zonas geográficas, se han construido, además, iglesias con locales anexos para el catecumenado y la catequesis, y centros misioneros para la formación de los laicos, especialmente los jóvenes y las familias.
PUBLICACIONES
Comunità Missionaria di Villaregia, revista cuatrimestral.
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