Sacramento en misión

“Los acontecimientos de la pandemia nos piden que nos detengamos, pero con confianza podemos leer en este contratiempo una oportunidad para [...] comprender cómo podemos ser una Iglesia que intenta caminar con las familias, en lugar de seguir mirando desde fuera como un espectador”.

“Es hora de escuchar, de comprender cuáles son las verdaderas necesidades, las que parten de la realidad familiar, no de principios abstractos, teniendo en Cristo nuestro pan, el verdadero alimento con el que alimentar a las familias y aprender a observarlas como testigos de su belleza natural: la de ser iconos del amor de Dios”. 

Estas son las palabras que la Sra. Gabriella Gambino, Subsecretaria de nuestro Dicasterio, pronunció durante una videoconferencia en el Encuentro nacional de agentes de pastoral familiar promovido por la Conferencia Episcopal Mexicana hace unos días.

A continuación, subrayó la importancia de “activar una sinergia de dones, proyectos y vocaciones mediante la participación de las familias, que pueden hacer un don de sí mismas para los demás, ayudándose mutuamente: familias que estén al lado de otras familias, compartiendo desafíos, problemas, oportunidades y alegrías”. Sabiendo, sin embargo, que “también necesitamos obispos y sacerdotes que tengan el deseo y el coraje de 'alimentarse' de las familias. Que sepan escuchar, preguntar, dedicarse a las relaciones humanas y a la amistad. Como lo hizo Jesús”. La familia -concluyó- debe convertirse en un sujeto activo y responsable del ministerio pastoral de manera orgánica y sistemática, “sacramento en misión”.