Familia

Una conferencia de estudio sobre la santidad

Una estructurada reflexión 40 años después de la Constitución Apostólica Divinus perfectionis Magister
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Del 9 al 11 de noviembre de 2022, en la Pontificia Universidad Lateranense, el Dicasterio para las Causas de los Santos y el Pontificio Comité para las Ciencias Históricas promovieron una conferencia titulada “Modelos de santidad y canonizaciones 40 años después de la Constitución Apostólica Divinus perfectionis Magister”. El tema de la santidad fue explorado desde una perspectiva interdisciplinaria y con la participación de nada menos que 30 ponentes, entre ellos historiadores, académicos y expertos de la Curia Romana. La subsecretaria Gabriella Gambino habló sobre el tema “Santidad y familia”, destacando en primer lugar que «la historia de la Iglesia está llena de ejemplos de matrimonios santos, padres santos y familias santas». Lo que, hasta un tiempo reciente, había caracterizado el fundamento de la santidad de tantos matrimonios canonizados hasta el siglo XIX eran las virtudes heroicas individuales. Sólo en el siglo XX la renovada reflexión teológica sobre el matrimonio llevó a la Iglesia a reflexionar sobre la posibilidad de que el estado conyugal pudiera ser en sí mismo el fundamento de una “santidad de dos”.

Un aspecto especialmente interesante es que la mayoría de estas familias santas siguen siendo poco conocidas para gran parte del mundo actual. La razón radica principalmente en que eran familias “normales”, “familias de la puerta de al lado”, como dice el Papa Francisco en Gaudete et exsultate, que no hacían cosas llamativas o extraordinarias, sino que vivían la sencillez de su vida doméstica y cotidiana de forma extraordinaria. Inspirándose en el texto publicado por el Dicasterio “La santidad en las familias del mundo”, Gambino mostró a continuación, con varios ejemplos concretos, cómo la santidad de estos cónyuges se desarrollaba en la normalidad de una vida familiar que puede asemejarse realmente a nuestras familias de hoy, con los mismos problemas, las mismas dificultades, el mismo deseo de amor y de una vida familiar serena, orientada a la búsqueda de las cosas duraderas y esenciales, las únicas que pueden hacernos felices. Ciertamente, hay que reconocer que «la santidad de la pareja no forma parte todavía del sentir común y es un aspecto en el que se debe profundizar tanto en la reflexión teológica como en la acción pastoral. No se trata de proponer caminos que puedan calificarse de “demasiado elevados” o para unos pocos elegidos, sino de proponer la “sacramentalidad de la existencia conyugal” (...). En el plano práctico de la pastoral, (...) el riesgo que corremos es el de no ser capaces de mostrar [a los jóvenes] lo que es el amor sólido, el que está arraigado en la roca: eso sería un fallo por parte de la Iglesia. (...) Por tanto, no tengamos miedo de mostrar la santidad de las familias, allí donde se ha manifestado, porque -concluyó Gabriella. Gambino- no es fruto del heroísmo humano que cargamos como fardos sobre los hombros de los cónyuges cristianos, sino del Amor que Dios derrama en quienes buscan serle fieles».

 

15 de noviembre de 2022