XIII Encuentro Internacional de los Equipos de Nuestra Señora: “Con la gracia de la Eucaristía y del matrimonio, despertar el deseo de estar de corazón a corazón con Dios”

Del 15 al 20 de julio tuvo lugar el XIII Encuentro Internacional de los Equipos de Nuestra Señora (END) Turín 2024. Alrededor de 8000 “equipiers” de 86 países y casi 400 sacerdotes “consejeros espirituales” vivieron, en el Inalpi Arena, una intensa semana llena de momentos de espiritualidad y reflexión para establecer juntos la hoja de ruta que guiará el movimiento en los próximos años. Al final del encuentro, tuvo lugar la entrega del relevo a los nuevos responsables internacionales, Mercedes y Alberto Pérez, de Valencia (España) y la despedida de la pareja responsable saliente, Edgardo y Clarita Bernal.

El tema elegido para el encuentro de este año fue “Vayamos con el corazón ardiente” y recuerda el episodio del Evangelio de los discípulos de Emaús (Lc 24,15-35), sobre el que los matrimonios meditaron durante toda la semana.

La Prof. Gabriella Gambino, Subsecretaria del Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida, intervino el sábado 20 de julio para clausurar el encuentro con una reflexión para todos los miembros de los Equipos de Nuestra Señora para que, alimentándose en la mesa eucarística, se conviertan en testigos concretos de la alegría del Espíritu recibido y que la liturgia de la Eucaristía se convierta en liturgia cotidiana de la misión.

Gambino: Eucaristía y misión para mantener vivo el ardor del encuentro de la pareja con Cristo

La conferencia de clausura del encuentro a cargo de Gabriella Gambino, titulada “Vayamos con el corazón ardiente”, ilustró la perspectiva con la que devolver a la vida cotidiana ese ardor del que nos habla Lucas en el episodio de los discípulos de Emaús. “Recorristeis el camino de Emaús no solos, sino como matrimonio, cogidos de la mano, acogisteis a Jesús, que caminaba entre vosotros, en medio de vuestra pareja. Os dejasteis conducir y sentisteis arder vuestros corazones. Id, pues, desde hoy con el corazón ardiente a entregar los dones que habéis recibido, movidos por un calor y una fuerza profundos que provienen de vuestro encuentro personal y de pareja con Cristo”. El ardor, explicó Gambino, es “una sed que hay que saciar cada día, volviendo a la Eucaristía”, y para mantenerlo vivo no bastan ni la fuerza de voluntad, ni el esfuerzo del razonamiento, ni la memoria: “El corazón arde cuando Cristo dialoga con nosotros en la intimidad. El lugar de este diálogo es la Eucaristía: allí le reconocemos y le reencontramos, como fieles bautizados individuales y como esposos”.

“A través de la Eucaristía” “la pareja recupera la conciencia de su vocación eclesial y recibe la gracia de ser Iglesia doméstica”. “Despertar el deseo de estar corazón a corazón con Dios, prosiguió la Prof. Gambino, es un camino que se puede proponer a toda pareja cristiana”, pero la misión evangelizadora de “hacer el mundo permeable a Dios y a su Gracia” se realiza “si nosotros, en primer lugar, permanecemos permeables al amor del Padre”.

Sobre el tema de la misión, Gabriella Gambino, subsecretaria, instó a las familias a no guardarse para sí el don del encuentro con Cristo: “llevadlo a las parroquias, a las comunidades. Haceos corazones que sirven. ¡Vuestro carisma exalta el matrimonio como sacramento en misión! Ejercedlo, pues, con alegría y compartidlo. Que no sea para vosotros un privilegio, sino una tarea testimoniar la belleza del matrimonio en un tiempo en el que los jóvenes ya no se casan”. “Es tarea de las familias cristianas -aclaró Gambino- ayudar a otras familias a convertirse en ministerios, en Iglesias domésticas”. Especialmente las nuevas generaciones de matrimonios “deben tomar conciencia de que son ministerios vivos, necesarios para edificar la Iglesia”.

Entre los ponentes que presentaron cada día elementos para la reflexión se encontraban el cardenal José Tolentino de Mendonça, la hermana Nathalie Becquart, la biblista Marina Marcolini, Maria Clara Lucchetti Bingemer, el matrimonio Masu y Xosè Manuel Dominguez de la Fuente, Elisabeth Saléon- Terras, colaboradora durante más de veinte años del padre Henri Caffarel, fundador del Movimiento Internacional END.

En vista del XIII Encuentro Internacional, el Santo Padre había recibido en audiencia privada, el pasado 4 de mayo, a los miembros del ERI (Equipos Responsables Internacionales). “Salvaguardar el matrimonio es una verdadera misión”, les había dicho el Papa, una misión que implica a toda la familia, desde los esposos a los hijos, desde los abuelos a los nietos, y que “significa salvar el testimonio de un amor que es posible y es para siempre, y en el cual a los jóvenes les cuesta creer”. “El matrimonio -les dijo- es un 'compás a tres', en el que la presencia de Cristo en medio de los esposos hace posible el camino, transformando el yugo en un juego de miradas: la mirada entre los esposos, la mirada entre los esposos y Cristo. Como un juego que dura toda la vida y en el que se gana juntos si cada cual se esfuerza por cuidar la propia relación”.

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Equipes Nuestra Señora

El Movimiento END cuenta con unos 160.000 miembros y está presente en más de 90 países de los cinco continentes. Cada seis años, organiza un encuentro internacional en algún lugar del mundo, en el que miembros del movimiento, parejas y sacerdotes se reúnen para celebrar su camino de fe, comprender su papel en la Iglesia y en el mundo, y establecer las directrices de vida que guiarán el movimiento durante los próximos seis años.

Los Equipos de Nuestra Señora quieren dar testimonio de que el matrimonio es fuente de amor, felicidad y santidad, además de una realización humana. Viviendo en el mundo, fortalecidos por los valores del Evangelio, desean ser “levadura en la masa” y estar presentes en la vida de la Iglesia y de la sociedad, como testigos del matrimonio cristiano y signo de esperanza.