Promover una pastoral de la vida humana a nivel local

Entre mayo y diciembre de 2025 se celebraron 15 reuniones en línea del Área Familia y Vida del Dicasterio con los 60 responsables de las Oficinas para la Pastoral de la Vida de las Conferencias Episcopales de todo el mundo. A ellos se sumaron los 31 directores de los Institutos para la Familia de las Universidades Católicas vinculadas al Dicasterio y adheridas a la REDIUF, y 18 responsables de movimientos y asociaciones eclesiales internacionales que trabajan en el ámbito de la defensa de la vida.

Una labor exigente, pero extraordinariamente fecunda, para acompañar a quienes se dedican a la formación de los laicos en temas relacionados con la cultura de la vida y la defensa de la dignidad de la persona humana. No es fácil estructurar en las realidades locales un compromiso pastoral sistemático y constante para formar un liderazgo para la vida en las Iglesias locales, como fomenta el documento «La vida es siempre un bien», publicado el pasado mes de marzo por el Dicasterio. Sin embargo, la iniciativa ha suscitado un enorme interés por parte de todas las oficinas encargadas, que se han sentido acompañadas y apoyadas ante contextos culturales ya muy secularizados, en los que hay que empezar desde cero, desde el redescubrimiento de la necesidad que tenemos de valores humanos fundamentales para hacer posible la convivencia humana, en el respeto de todos y de cada uno, desde la concepción hasta la muerte natural de cada persona.

Escucha. Sugerencias y experiencias de todo el mundo han sido recibidas

Los responsables de la pastoral local pudieron compartir dudas, preguntas, experiencias ya emprendidas y la esperanza de poder iniciar nuevos itinerarios formativos, sobre todo a través de la colaboración entre las oficinas dedicadas a la pastoral de la vida de las conferencias episcopales de diferentes países: una nueva oportunidad, en la que todos se pusieron a disposición con entusiasmo y espíritu de servicio. Caminar juntos, en efecto, no es solo estar acompañados por la Santa Sede, sino colaborar entre Iglesias de diferentes países y culturas afines.

Reflexión. El desafío educativo

En el ámbito de la formación, se compartió la urgencia de recuperar la centralidad de una bioética que sitúe en el centro a la persona humana, con su dignidad intrínseca e inalienable en todas las etapas y condiciones de la vida. La pobreza educativa y relacional generalizada hoy en día complica esta formación. Pero el desafío educativo es, en realidad, una oportunidad para no dar nada por sentado y partir de los fundamentos de la vida moral cristiana para descubrir la belleza de la verdad inscrita en la conciencia de la persona humana.

Con este fin, las numerosas universidades que han participado se han mostrado dispuestas a colaborar con las Oficinas de Vida de las Conferencias Episcopales y con los responsables de los Movimientos para promover una formación sólida a nivel local.

Restitución. La definición de un lenguaje claro y compartido y una comunicación eficaz

La pastoral de la vida requiere una definición clara de los conceptos y del lenguaje sobre la vida y la dignidad de la persona humana. Por este motivo se habló de la importancia de reafirmar el significado de las palabras y de los conceptos a partir del magisterio de la Iglesia y de una clara antropología cristiana, para que los mensajes sobre el valor y el don de la vida sean inequívocos. La comunicación misma debe, en este sentido, sentirse interpelada a ponerse al servicio de la verdad y convertirse en instrumento de difusión de la belleza de la vida en las familias, en las parroquias, en los contextos educativos y en la sociedad, donde hoy en día a menudo reinan la confusión y la incertidumbre cuando hay que tomar decisiones educativas importantes.